Golpe seco a la ilusión de un equipo que solo bastaba una victoria para sentenciar el pase. Pero no fue la noche de Pavón acostumbrado a lograr grandes hazañas, ni la noche de un equipo que se aferró a la fe y a su estilo para regresar a casa con la frente en alto. Fue pura ilusión. Adiós a la temporada de la Liga de Campeones de la Concacaf.
El cuadro salvadoreños sorprendió como tal, se hizo respetar en casa y sacó ganancia de la cancha fangosa y supo correr en los tramos que conocen al dedillo. Ellos avanzaron a la siguiente fase y de paso dejaron fuera al Colorado Rapids que también se aferró a una clasificación.
GOLPES MORTALES
Apenas comenzando el segundo tiempo, disparo de Paolo Suárez tras aprovechar una jugada suelta dentro del área. El 1-0 de una noche que era mal para el Real España.
Pero el equipo sampedrano logró reponerse, y a los los 55 minutos remate de Edder Delgado que se fue al fondo de las redes tras un pase perfecto de Mario Martínez. Pavón solo llegó a confirmar que el esférico estuviera en las redes. El 1-1 y revivía La Máquina.
Ese marcador le daba esperanza a los hondureños, pero más adelante llegó esa obra de Ramón Sánchez con un soberbio disparo de tiro libre, inatajable para Macías.
Fue un duro revés, vinieron los cambios, se fue Carlos Pavón y Alfredo Mejía que habían comenzado jugando con aplomo, pero Real España no encontró el camino.
A diez minutos del final, llegó el tercero y prácticamente la eliminación, alegría de un lado y tristeza del otro: De nuevo Paolo Suárez apareció para meterle la pierna derecha a la pelota y tranquilamente meterla al fondo de las redes.
Intentó revivir el cuadro de Honduras, Maynor Martínez sacó un derechazo dentro del área y la pelota se fue adentro, pero ya era inútil, no le ajustó a la Máquina porque picaba el minuto 91 y ahora regresan a casa con la amargura de una eliminación donde rozó con el milagro.
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